martes, 21 de mayo de 2019

Los previos al inicio de un proceso de mediación ambiental


La toma de contacto o sesión previa al inicio, o no, de un proceso de mediación ambiental es especialmente significativa.

Es así en todos los casos, pero en mediación ambiental particularmente. Ello es debido, principalmente, a lo que en varias ocasiones hemos mencionado: no todos los conflictos ambientales son mediables.

Para determinar la mediabilidad del mismo debemos confirmar la disponibilidad del bien en conflicto y poder determinar, claramente, las partes implicadas en el mismo (muchos conflictos ambientales son complejos y difusos) con capacidad y garantías de llegar a acuerdos. Para ello disponemos de un listado de preguntas exhaustivo que nos permite concretar estas cuestiones.

En esta primera reunión el equipo de mediación acude a demanda de una de las partes (parte convocante). Son muchos los temas que se analizan y dirimen en esta sesión. Todos los aspectos aquí tratados se corroboran en sesiones posteriores, con el resto de las partes.

Una de nuestras primeras preguntas suele ser si se ha intentado llegar a acuerdos con las identificadas como "otras partes" del conflicto. Generalmente la respuesta es sí, pero inmediatamente nos explicitan que la otra parte no han accedido a ello. En el relato suele ser una constante la argumentación de que la otra parte (o partes) está en situación de poder (autoridad, empresa, etc.) y por ello no accede a abordar la problemática y tratar de alcanzar un acuerdo negociado. También suele ser una constante la sensación de impotencia y falta de escucha.

En esta fase nos encontramos básicamente con dos situaciones: que el conflicto ya haya sido llevado a los tribunales, o no. 

Habitualmente nos encontramos con que a partir de estos primeros intentos, considerados fallidos, de establecer comunicación, generalmente se ha acudido a la vía jurisdiccional. No siempre es así pero en la mayoría de los ejemplos que podemos referir sí se ha acudido a la vía judicial. Es ante las contradicciones, plazos, etc., que la parte convocante ve la pertinencia de intentar la vía de la mediación. Llegados a este punto suelen mostrarnos sentencias parciales sobre el conflicto (a favor), pero, explicitando que en ningún caso estas sentencias han permitido dar curso al conflicto y pacificar la situación. En esta fase se suele enfatizar las sentencias parciales a favor y obviar las contrarias, que también suelen existir. 

Cuando tenemos opción de consultar y entrevistarnos con "la otra parte o partes" la primera entrevista suele ser aprovechada para mostrarnos otras sentencias parciales a favor. En esta fase cada parte pone encima de la mesa los argumentos que favorecen sus posiciones. Cada quien se afianza en las sentencias favorables con dificultad de entrar en la discusión de las que son desfavorables. 

Si hemos podido determinar la mediabilidad del conflicto (o partes del mismo) y trascender las sentencias parciales al conflicto y, además, las partes están dispuestas a entrar en el proceso de mediación, podemos iniciarlo. 

Queremos destacar que antes de iniciar este proceso ya hemos podido hacer un par de intervenciones como mediadorasanalizar, profundizar y agotar los recursos puestos en marcha para abrir el diálogo entre las partes y relativizar las sentencias favorables o desfavorables existentes, en orden a la necesidad de alcanzar plena respuesta al conflicto en cuestión.

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