lunes, 19 de julio de 2021

La vía judicial, el activismo social y los métodos adecuados de gestión de conflictos. Pertinencia y complementariedad.

En la gestión de conflictos socioambientales ¿es posible hablar de complementariedad en el empleo de las tres principales vías: judicial, activismo social y el empleo de los denominados MASC, Métodos Adecuados de Solución de Conflictos?

En principio, desde Mediacciona, consideramos que sí. Y no sólo lo consideramos posible sino también pertinente. Vamos a tratar de explicar algunos de nuestros argumentos.

Cada vez que, como mediadoras, nos entrevistamos con las partes en conflicto, principalmente con las partes que se consideran perjudicadas, nos plantean la misma cuestión: ¿Qué puede aportar de sustantivo la mediación, o cualquier otro MASC?

Como profesionales podríamos aportar muchos argumentos pero vamos a comenzar con un acto de humildad: comprendemos que nos formulen esta pregunta. 

Formalmente no se conocen ejemplos en los que el empleo de la mediación o cualquier otro método dialogado de gestión de conflictos haya contribuido a pacificar un conflicto socio ambiental y a encontrar una solución al mismo. Sin embargo, sí se conocen ejemplos en los que, a través de la vía judicial, se ha podido obtener una sentencia favorable. Es cierto que años después de iniciado el proceso, y en muchas ocasiones demasiado tarde y de solo parte del conflicto, o con sentencias que son de difícil ejecución; pero sí disponemos de referencias suficientes. También es cierto que determinado activismo social ha conseguido frenar proyectos con fuerte oposición de diversos agentes sociales; procesos largos, costosos, agotadores, pero en los que, en muchos casos, se han podido obtener resultados excelentes. 

Es cierto.

Pero no menos cierto es que la vía del diálogo es la primera vía que se abre. Cuando insistimos en nuestra preguntas, las respuestas efectivamente son: "claro que sí, es lo primero que intentamos"; "nada más conocer el proyecto solicitamos entrevistarnos con...¨, "sí, llamamos por teléfono y solicitamos información", etc. La cuestión es que esta vía, en casi todos los casos estudiados, dio poco de sí. Nos suelen comentar que se encontraron con puertas cerradas, llamadas infructuosas, respuestas vagas. En el imaginario colectivo, y no sin razón, la vía del diálogo tiene corto recorrido. En estos casos, no tarda en aparecer las voces que dicen: "si no nos plantamos ante las puertas de...", "si no presentamos unas denuncia, poco podremos conseguir". Pero no menos cierto es que -y tenemos constancia también a través de las entrevistas- el diálogo se sigue intentando en todas las fases del conflicto, aunque los resultados sean poco halagüeños. 

Pues ahí está, precisamente, lo que desde la mediación y desde el empleo de los MASC podemos aportar. Nuestro trabajo consiste, precisamente, en ensanchar estas vías, hacerlas eficaces y posibles, insistir sobre ellas; conocedoras como somos de que estas vías pueden y deben dar mucho más de sí. Precisamente nuestra formación profesional nos hace incansables a la hora de agotar estos recursos. Sabemos de la importancia de disponer de una información suficiente, de que los procesos participativos pueden dar mucho más de sí; más allá de un mero trámite formal y de que la mediación y el empleo de los MASC están integrados en nuestro sistema de justicia y son, claramente, un modo de justicia.

No vamos a negar la importancia del empleo de la vía judicial, necesaria ante delitos ambientales. No pretendemos restar la importancia que la jurisprudencia ha tenido y tiene a la hora de tipificar determinados delitos ambientales. Menos aún pretendemos minusvalorar la importancia a la acción conjunta de los agentes sociales que, con su resistencia y resiliencia, han conseguido frenar grandes proyectos. Todo lo contrario. No obstante, queremos hacer constar que hay un importante espacio por cubrir, con profesionalidad y eficiencia, en la inagotable búsqueda de abrir  vías de diálogo. Y consideramos, también, el gran valor social que aporta este ejercicio por su contribución a la gobernanza en nuestros territorios. Y ese es el espacio que las personas mediadoras, facilitadoras y distintos agentes de resolución de conflictos, podemos y debemos cubrir. 

Pertinencia y complementariedad entre las tres vías, esa es nuestra perspectiva de trabajo y nuestra contribución.